Organizar el tiempo de estudio no debe ser complicado; sólo se requiere contar con los medios adecuados para que tus hijos lo apliquen en aprender inglés. La forma más efectiva es aprenderlo en un país de habla inglesa, pero esa no es una opción para todos.
Existe una gama de aplicaciones online, o se puede optar por el aprendizaje tradicional, que se realiza directamente en las aulas; pero, también se puede aprender de forma natural, mediante un curso inmersivo (como el nuestro), hablando con personas nativas.
Importancia de la planificación del tiempo en los niños
Para aprender de forma cómoda y al ritmo que los niños necesitan, lo primero que se debe hacer es planificar el tiempo de aprendizaje.
Es importante pensar en qué es lo que los motiva a aprender en un curso de inglés para niños, en los métodos de aprendizaje que pueden funcionar de acuerdo a sus intereses y en su capacidad de memorización. Asimismo, cuando empiezan a estudiar, es bueno definir cuánto tiempo van a dedicar diariamente, o si se va a estudiar todos los días y alternar sus actividades. Lo importante es mantener un ritmo constante y el compromiso con el tiempo establecido desde un principio.
¿Cómo enseñar a tus hijos a organizar el tiempo de estudio?
Los niños deben dedicar tiempo al aprendizaje de los idiomas. No solo se trata de motivarlos a tomar una clase, ni a dedicar más tiempo estudiando, leyendo, escuchando o practicando; lo importante no es el número de horas, sino su frecuencia y resulta mejor repartir las horas de estudio a lo largo de la semana que concentrar toda la actividad de aprendizaje en una sola sesión larga.
La mente de los niños está “programada” para asimilar rápidamente información relacionada con tareas habituales. Si hacen la misma actividad cada día su mente retiene la información necesaria para llevar a cabo dicha tarea; y al contrario, si la tarea se hace con menos frecuencia, su cerebro le concede una importancia menor y no mantiene actualizados los conocimientos relacionados. Por esto es necesario definir los objetivos y actuar acorde con ellos.
Tener claros los objetivos de estudio
El hecho de que el inglés sea la lengua más utilizada en el mundo justifica la importancia de aprenderlo para abrir muchas puertas en un futuro: Acceder a la universidad, estudiar en el extranjero, mejorar profesionalmente o pasar un año sabático, y conocer sobre otras culturas, estilos de vida y diferentes formas de pensar.
Construir un cronograma de estudio
Planear ayuda a que las cosas salgan bien. Los planes nos permiten enfocar el proyecto y nos preparan para enfrentar problemas y alcanzar nuestros objetivos.
Casi todos tenemos rutinas semanales y es por eso que diseñar para tus hijos un plan de estudio para una semana, es una buena idea. Para contar con una hoja de trabajo, ayudará tener una cartulina y dividirla en nueve columnas: en la primera escribes los horarios, en las siguientes siete el nombre de cada día de la semana y en la última dejarás el espacio en blanco para hacer anotaciones.
Se inicia la primera columna escribiendo la hora a la que se levanta tu hijo, hasta la hora a la que se va a dormir; y en medio, el horario correspondiente a las demás actividades cotidianas. Cada anotación se hace con lápiz, para poder ajustar y lograr una rutina semanal con la que tu hijo se sienta cómodo. No te olvides de incluir descansos en el plan de estudio.
Estudiar con tiempo
Las hojas de trabajo son una parte muy importante en el proceso de aprendizaje en las clases de inglés para niños, ya que al hacerlas estos participan en actividades lúdicas como: colorear, dibujar, hacer ejercicios y armar rompecabezas.
Hay algunos pasos para planificar el tiempo libre:
- Identificar las necesidades educativas y sociales de los pequeños
- Analizar el entorno y los recursos disponibles para que las actividades en el tiempo libre puedan reforzar lo aprendido
- Plantear objetivos psicoeducativos adecuados a la edad de los niños
- Planificar y diseñar actividades acordes con la individualidad del menor
- Considerar un tiempo en el que los niños puedan estar en silencio, mientras realizan individualmente algunas actividades divertidas.
El trabajo se apoya en un método inductivo, donde a partir de la observación y el análisis se llega a conclusiones generales; las hojas de trabajo serán una ayuda para revisar los temas y alguna tarea en casa.
¿Por qué hacer énfasis en la creación de hábitos de estudio?
Los hábitos son conductas que se aprenden a repetición; a partir de los buenos hábitos se pueden lograr las metas siempre y cuando se trabaje adecuadamente. A fin de cuentas, una cierta constancia de nuestras conductas y reacciones nos va a permitir coincidir con la naturaleza y la cultura.
Con un buen hábito de estudio podemos asimilar los conocimientos con menor esfuerzo y en menor tiempo y lograr hacer del aprendizaje una actividad diaria y necesaria que ayuda al desarrollo cognitivo de los menores, a reforzar su capacidad de solución de problemas, el autocontrol, la disciplina, la constancia y la consecución de objetivos y metas, además de su confianza. Los niños pueden lograr conocimientos necesarios para enfrentar el día a día, desarrollar sus capacidades lingüísticas, la atención y la memoria y fortalecer su madurez personal, social e intelectual, que redunda en un alto rendimiento escolar.
La importancia del espacio de estudio
Con frecuencia se habla de los cambios que experimenta la educación, de las nuevas metodologías y la adaptación a la demanda actual y del futuro; pero poco se habla del espacio físico donde se adelanta el proceso de enseñanza-aprendizaje y donde el estudiante pasa gran parte del día.
El espacio de estudio no es un tema que se refiera solo a la escuela. También en casa es importante contar con un lugar adecuado con los elementos necesarios, puesto que conforme los hijos van creciendo, también aumenta el tiempo que dedican al estudio y a los deberes. Un buen lugar de estudio ayudará para tener una mejor retención de contenidos y mejorar el rendimiento en sus asignaturas. Se sugiere contar con espacios prácticos, adaptables y ventilados, dotados de buena iluminación y disponer de material tecnológico.
¿Cuál es el tiempo de estudio adecuado?
De los 3 hasta los 5 años es más importante pasar tiempo con la familia en medio de actividades educativas lúdicas. Más que estudio propiamente dicho, podrá desarrollarse algún ejercicio que cubra entre 15 y 20 minutos.
A partir de los 6 años se comienza a implementar algunos hábitos, claramente orientados a fortalecer una actividad cognitiva en los niños. El tiempo varía entre 20 y 30 minutos y se aumentará progresivamente hasta llegar a unos 45 minutos alrededor de los 10 años de edad. A los 12 años, el tiempo será de 1 hora.
Inicialmente se podrán planificar de 3 a 5 sesiones iniciales por semana, dependiendo de la edad del niño y considerando el desarrollo de otras actividades educativas, físicas o de recreación. Será necesario hacer revisiones periódicas, para verificar el progreso y el vocabulario básico, hacer los ajustes necesarios y animarlos para seguir avanzando.
También es importante hacer pausas activas
La planificación del tiempo libre que disponen niños, adolescentes y jóvenes permite realizar actividades educativas en un contexto eminentemente recreativo, que incluyan actividades relajantes que mejoren la actitud de los niños y eviten lesiones por malos hábitos posturales y puedan recuperarse energías, estas pausas activas deben realizarse 2 ó 3 veces al día con una duración de 5 a 10 minutos.
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Dado que al practicar la conversación, relacionándola a distintas circunstancias, entornos o lugares, los niños podrán comprender las reglas gramaticales de una manera más efectiva.