Un amigo decidió viajar a Italia.
Tenía un año entero para prepararse, así que descargó una famosa app de idiomas.
Hizo todas las lecciones. Ganó todas las estrellitas. Su celular parecía una galaxia!
y… ¡llegó el gran día!
¿El resultado?
Apenas aterrizó en Roma, se dio cuenta de una triste verdad: todo ese esfuerzo no fue suficiente.
En el taxi, en el restaurante, en las calles… ¡no lograba entender ni decir casi nada!
Al final, tuvo que usar un traductor automático para sobrevivir.
¿Qué pasa cuando tus niños usan apps?
Ahora pensemos en casa.
Probablemente tus hijos usan apps para aprender inglés, ganan estrellitas y se divierten un montón.
Pero ¿realmente están aprendiendo?
Aquí está la verdad, basada en nuestra propia experiencia y en estudios académicos que hemos investigado:

¿Qué hacen bien las apps?
Ayudan a adquirir vocabulario básico.
Sirven para repasar palabras y frases cortas.
Son entretenidas y pueden motivar inicialmente.
Según un estudio de la Escuela de Educación de la Universidad de Harvard, las apps son útiles solo si se combinan con interacciones reales, porque es la comunicación humana la que permite que los niños realmente usen lo aprendido.
¿Qué NO pueden hacer las apps?
No sirven para aprender a hablar. Aunque las apps pueden parecer prácticas y divertidas, por sí solas NO enseñan realmente a hablar inglés.
Aprender un idioma implica mucho más que memorizar palabras o estructuras gramaticales.
Requiere interacción social constante, conversación y práctica real en situaciones cotidianas.
Sin esto, los niños aprenden palabras aisladas, pero no desarrollan la habilidad clave de comunicarse con confianza.
No simulan situaciones reales: Es muy diferente aprender frases aisladas a usarlas cuando hay presión, conversación y necesidad real.
No generan conversación auténtica: Un idioma se aprende hablándolo con personas reales… en tiempo real.
No entienden emociones: Cuando tu hijo se siente frustrado, la app no lo anima ni motiva. Estudios en neuroeducación afirman que las emociones positivas son esenciales para aprender eficazmente.
Investigadores de la Universidad de Cambridge concluyeron que aprender realmente sucede cuando los niños están expuestos a conversaciones auténticas y situaciones cotidianas, fortaleciendo así las conexiones neuronales.
Pero aún hay más...
No se adaptan al ritmo ni estilo de aprendizaje de cada niño.
¿Es tímido, sociable o activo? ¡Una app no lo sabe ni lo entiende!
Tampoco ofrecen retroalimentación personalizada, inmediata y clara sobre el progreso real del niño.
Entonces ¿Lanzamos las apps por la ventana?
¡No tan rápido! Las apps pueden ser útiles, pero solas no son suficientes.
En English4Kids, enseñamos con clases en vivo, profesores que entienden a los niños, situaciones reales de conversación, y mucha diversión.

¡Compruébalo tú mismo con una clase GRATIS!
Regálale a tu hijo la oportunidad de aprender inglés de verdad, con profesores reales que:
Entienden sus emociones.
Lo motivan cuando más lo necesita.
Le ayudan a expresarse con confianza en situaciones reales.
Tu hijo merece más que juegos. Merece aprender inglés de verdad.