Hace algún tiempo, una de mis alumnas me contaba que sus clases de inglés en la escuela eran muy difíciles y que no le entendía nada a su profesora, pero, me dijo con una gran sonrisa, a usted sí le entiendo y me dan ganas de seguir aprendiendo. Esto, por supuesto me llena de gratificación y satisfacción como coach por poder ser una pequeña parte de este maravilloso proceso de la enseñanza del inglés.
Hoy estaremos hablando del sistema escolar y cómo diferentes elementos pueden impedir el aprendizaje correcto e incluso afectar la forma en la que los niños pueden percibir el aprender inglés.
Porque, después de la clase de matemáticas sabe multiplicar, después de la clase de ciencias sabe las partes de la planta, después de la clase de ciencias sociales conoce los países y capitales, PERO después de la clase de inglés solo algunos pueden decir jaguaryu/ how are you? (¿cómo estás? En ingles) ….
Una pregunta directa y retadora, ¿has conocido alguien que hable inglés a partir de las clases impartidas en la escuela?
Yo, ¡nunca! ¿Pero porque las clases de inglés de la escuela de nuestros chicos realmente no les enseña a hablar inglés?
Exploremos algunos factores:
- Cantidad de niños o adolescentes en el aula de clase: vemos un solo maestro y 15, 20 30 y hasta 40 alumnos. Esto hace que la participación, la atención, y el seguimiento que el maestro debería brinda a cada niño sea prácticamente inexistente. A veces el maestro de inglés ni siquiera conoce el nombre de tu hijo o hija, porque le resulta imposible conocer a todos los niños del salón.
- Muy pocas clases en la semana: La clase de inglés en el sistema escolar puede ser una o dos veces por semana. Si los chicos tuvieron la clase un martes y la siguiente es el viernes, esto es 3-4 días de espacio entre clases. En este tiempo todos hemos olvidado lo aprendido en la clase anterior. Añadamos a esto, que la clase tiene duración de 45 minutos o 1 hora por mucho. En este tiempo ellos tendrán una actividad introductoria, una recapitulación de la clase anterior, el tema en concreto y posiblemente una pequeñísima sección de práctica (si diera chance para ello).
- Nivel de inglés muy básico: Mientras la ley educativa en muchos países indica que el estudiante debe tener un nivel de inglés entre A2 o B1 al final de su etapa escolar, esto está muy lejos de la realidad. El nivel de inglés que se enseña en las escuelas generalmente abarca los temas más básicos y se repasan año con año, y así jamás avanzan más allá de los colores o de algunas listas de verbos
- Metodología inadecuada: La metodología es uno de los puntos más claves.
Metodología es la forma de hacer algo para lograr un objetivo.
Y al momento de estudiar inglés el objetivo principal es aprender a comunicarte en este idioma. Comprenderlo, hablarlo, leerlo y escribirlo; tener dominio del idioma y usarlo en una situación real con personas angloparlantes.Tomando esto en cuenta memorizar preposiciones y conjunciones, vocabularios, definiciones gramaticales muy difícilmente te llevaran al objetivo principal. Esto hace que los niños piensen que aprender inglés es muy complicado y que necesitas una gran capacidad de memoria (la cual, por cierto, los niños la tienen) para comprender el idioma. El problema es que sin un contexto, y sin un punto de referencia para el niño o adolescente, aprender solamente gramática es como aprender la formula cuadrática de memoria pero nunca aplicarla.
Añadamos a esta metodología, que los niños y adolescentes probablemente tienen que soportar clases sumamente aburridas, con contenido pesado, haciendo que el niño pierda por completo el interés tanto en el inglés como en cualquier otro idioma. ¿Quién disfruta de clases aburridas? Nadie y mucho menos los niños, que están llenos de energía e irónicamente, también están llenos de ganas de aprender y conocer cosas nuevas.
- Personal docente incapacitado: Todos podemos recordar algún maestro en nuestra vida estudiantil que no le gustara enseñar. ¡Qué horrible es recibir clases así! Cuando el maestro no domina los temas, no le gusta lo que hace (o su salario), o simplemente no está activamente aprendiendo y capacitándose. Es un fracaso garantizado. Lamentablemente, este es un factor a tomar en cuenta, y sí es muy lamentable que un profesor en tarea tan delicada como ser enseñar a niños o adolescentes, no se dé a la tarea de ser mejor cada día.
Todas estas situaciones que te he descrito genera en los niños y en cualquiera, un círculo vicioso. Dónde la mala metodología confunde, frustra y aburre a los niños. Todo este aburrimiento y frustración bloquea el aprendizaje, y genera más emociones negativas, haciendo aún más difícil aprender. Se cansan, se estresan y hasta se quedan en blanco cuando se trata del inglés. Antes de llegar a la universidad, ya han decidido que el inglés no es para ellos. Que nunca lo podrán hablar y que solamente pueden aspirar a comprender algunas palabras.
Finalmente, imagina que estás aprendiendo a ejecutar guitarra.
Solamente tienes una clase a la semana, el resto de la semana no prácticas, recibes la clase con 35 alumnos más, tu maestro (que no disfruta mucho de la música) solamente enseña los acordes más fáciles, y casi toda la clase estás memorizando las definiciones del lenguaje musical no realmente tocando el instrumento. Al final de varios años expuesto a la música de esta manera, podemos imaginar el día del concierto final de graduación y con mucho optimismo esperar que el concierto sea de una única pieza musical como “Feliz cumpleaños” o “Estrellita, dónde estás”. Esta situación puede parecer muy obvia y hasta jocosa, pero podemos hacer una comparación muy acertada con inglés en la escuela.
Es por eso que, aunque el inglés es actualmente el idioma universal, y prácticamente sin importar dónde viajes (Asia, Europa, y hasta África) siempre habrá personas con el manejo de este idioma. Y aunque es el idioma más hablado en todo el mundo y el principal en los negocios y ámbitos académicos, en Latinoamérica la escuela no es una opción viable para conseguir ser bilingüe y tener dominio del inglés.
